7.5.12

El final a cada rato


Ha llegado el final.

No hay más tristeza que en el momento de partir, cuando sientes el adiós adelantado, saber que será la última vez.

Los finales llegan sin avisar,
un presentimiento que se despide en voz baja, clavando toda la melancolía en el centro de tu cuerpo, en la herida abierta.

Te hace olvidar lo bueno, lo tiñe todo de negro, violeta… huele a gas.

Yo he sentido mi adiós,
el final de la fuerza de esta tierra que me atrapó al llegar. Hoy sin saberlo me despedí de los lugares, 
no volveré.

Y me siento fuera aún estando dentro. No puedo creer que mañana
o pasado,
ya estaré lejos.

Siempre lejos de todo. Lejos como Heródoto, siempre en marcha hacia no se sabe qué.
A dónde.

Terminada como se termina de comer.

Estoy feliz,
he conocido y besado a todos los que me esperaban, he olido sus cuerpos y compartido historias. Soy tan afortunada…
Agradezco ser quien soy, aun teniendo que partir a cada rato.

El dolor del final se sabe ganador,
es inevitable.

El final para el comienzo,
quiero terminar y encontrarme al principio de nuevo.

Así ir viviendo todo lo que venga, equivocándome y volviendo a empezar.


Gracias.