2.8.11

Orígenes

Orígenes.
El origen de las emociones.
El origen de las palabras.
Del ritmo.
Del amor.
La muerte,
y la vida.


Segunda visita a Guinea Ecuatorial, segundo "descubrimiento" personal.

Llegué sola, como siempre. Un visado, un billete de avión, maleta en mano y la predisposición de disfrutar al máximo, venga lo que venga.

Llegué a Malabo, Toni me recogió en el aeropuerto junto a Juan Carlos, besos, risas y abrazos. Música fuerte en el coche, como le gusta a Juan Carlos... (qué haría él sin sus altavoces).

Bromas a parte. La bienvenida fue fulminantemente acogedora, dormí en casa de Carlos (gracias), y deambulé por el Centro Cultural un par de días hasta que conseguí un vuelo a Bata, la parte continental.

Volé en un pequeño avión (vetado por compañías europeas) impulsado por un par de hélices. La sensación era como si voláramos más bajo de lo normal, podíamos atravesar las nubes y romperlas en el cielo. No tuve miedo, al contrario fue una sensación agradable, a pesar del cansancio...terminamos con un suave aterrizaje.

Feliciano, un señor mayor de pocas palabras y tímida sonrisa vino a buscarme al aeropuerto, de ahí, a las casas de Asonga ¡cuánto había oído hablar de ellas!, realmente eran casas dulces y acogedoras, frente a la playa, rodeadas de palmeras e insectos por doquier.



Casas Cooperación Española, Asonga. Bata (G.Ecuatorial)

300CFA y no 500CFA, me acercaban desde Asonga a el Centro Cultural en taxi. El Centro saluda en primera línea al mar frente al desproporcionado y nuevo paseo marítimo, él se convirtió en mi punto de partida para cualquier movimiento en la ciudad.

No recuerdo cuándo, en qué momento exacto conocí a Gorsy (nos habíamos visto, y no visto, unos días antes en Malabo, sin más trascendencia. Pero eso no es conocer). Me imagino que lo conocí entre Asonga y el Centro Cultural y fue él quien me acercó y me regaló mi gran descubrimiento II: "Orígenes".

Orígenes es un grupo de teatro de Guinea Ecuatorial, compuesto por chicos y chicas de Bata y Malabo, que aspira a ser la futura compañía nacional de teatro de su país.
En mi segunda visita a Guinea y la primera al continente, no fue ni el mar, ni la arena blanca, ni Asonga, ni el gran mercado, tampoco el paseo marítimo lo que me atrapó y se me reveló especial sino los chicos de Orígenes. Llenos de ganas y energías, de miedos e inseguridades también, asistían cada día a los ensayos de la obra que varias semanas más tarde los llevaría a actuar en España. Vivían un sueño que por minutos iba haciéndose realidad, y yo, en la soledad de mi sueño propio, quise acercarme a ellos, y observar.

La fuerza de sus movimientos, el ritmo de los tambores, las voces cantando en sus lenguas originarias (fang, bubi, ndowé...), para mi desconocidas... contaban la historia de sus pueblos, el origen de su sentido de ser, se impregnaban de lo que eso ha significado desde siempre y que hoy se está perdiendo, improvisaban versos con mucha emoción y yo, privilegiada, podía verlos, observarlos desde un rinconcito de la sala.

Ellos con el teatro y yo con la fotografía, estábamos cumpliendo un sueño que convergía en emociones comunes. Fui a verlos actuar a Matadero, en Madrid, dos veces, y todavía ahora cuando lo recuerdo, se me pone la piel de gallina.




ensayos de la compañía Orígenes, Bata (G.Ecuatorial)








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