Hace unos días volvía de vacaciones,
ésas llegadas a tiempo.
Una maleta hecha a tientas
y por fin,
anónima en el tumulto de un aeropuerto,
con tiempo infinito.
Despegamos y allí,
en ese espacio comprado
y compartido,
en silencio, un periódico y yo
ensimismada en su lectura...
claro está, que aquello sería cruz de guía para lo demás.
ésas llegadas a tiempo.
Una maleta hecha a tientas
y por fin,
anónima en el tumulto de un aeropuerto,
con tiempo infinito.
Despegamos y allí,
en ese espacio comprado
y compartido,
en silencio, un periódico y yo
ensimismada en su lectura...
claro está, que aquello sería cruz de guía para lo demás.
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| © m.reina |
"El destino"
Ven a mis labios,
dales la forma del amor,
de bosques, de alto mar, de un grito,
de aunque dure un instante sea mío.
Dales su plenitud de ave,
de llama, de canción,
aunque en vaso se animen.
No te pido la eternidad,
te pido el tiempo,
el brote puro de la luz de un día,
para decir que he sido
la forma de un amor,
para hundirme en tu nada.
José Ángel Valente.
