9.6.14

UNIÓN Y RECONCILIACIÓN

Sobre el perdón y otros dolores. Qué difícil es ponerse en la piel de estás personas, pueblos enteros conviviendo de nuevo después de un conflicto devastador y terrorífico. De nuevo, frente a frente con el miedo y el dolor del atacado y el miedo y la vergüenza del que en su día actuó para matar y destruir a sus vecinos. Pieter Hugo fotografía a estas personas e introduce un texto breve en el que resume la historia ocurrida. En las fotografías vemos cosas no dichas en el texto, la distancia o la frialdad, el rencor aún contenido, la capacidad de amar del ser humano parece infinita. Qué importante es asumir los errores y que generoso perdonarlos, aunque difícil, creo que enriquecedor para ambos. Una lección de vida más.


DOMINIQUE NDAHIMANA, AUTOR (izq): "El día que pensé en pedirle perdón, me sentí liberado, aliviado. Perdí mi humanidad el día en que cometí el crimen, pero ahora soy como otro ser humano más."
CANSILDE MUNGANYINKA, SUPERVIVIENTE (dch): "Después de ser perseguida y de que Dominique y otros saquearan mi pueblo, me convertí en una mujer insana y sin techo. Después, cuando él me pidió perdón, le dije: 'no tengo nada con lo que alimentar a mis hijos, ¿me vas a ayudar a hacerlos crecer, vas a construir una casa para ellos?' A la semana siguiente, Dominique vino con otros supervivientes y ex prisioneros que habían cometido el genocidio. Eran más de 50, ellos construyeron la casa de mi familia. Desde entonces he empezado a sentirme mejor. Yo era como un palito seco; ahora me siento en paz en mi corazón y comparto esta paz con mis vecinos." 


LAURENT NSABIMANA, AUTOR (dch): "Participé en la destrucción de su casa porque atrapamos al dueño para matarlo. Las casas que quedaron sin dueño- pensamos que sería mejor destruirlas para conseguir leña. Su perdón me demuestra que es una persona con un corazón puro." 
BEATRICA MUKARWAMBARI, SUPERVIVIENTE (izq): "Si no me obstino, la vida continúa. Cuando alguien se acerca sin odio, a pesar de que hayan ocurrido cosas horribles, le das la bienvenida y le concedes lo que necesita de ti. El perdón es igual a la misericordia."



GODEFROID MUDAHERANWA, AUTOR (izq): "Quemé su casa. La ataqué para matarla a ella y a sus hijos, pero Dios los protegió, y escaparon. Cuando salí de la cárcel, si la veía, corría y me escondía. Entonces el grupo de unidad y reconciliación empezó a entrenarnos. Decidí pedirle perdón. Para tener buena relación con la persona a la que quise hacerle daño- damos gracias a Dios." EVASTA MUKANYANDWI, SUPERVIVIENTE (dch): "Lo odiaba. Cuando vino a mi casa y se arrodilló frente a mi y me pidió perdón, me conmovió su sinceridad. Ahora, si lloro por ayuda, él viene a salvarme. Cuando tengo que enfrentar cualquier problema, lo llamo."


FRANÇOIS NTAMBARA, AUTOR (izq): "Debido al genocidio perpetrado en 1994, participé en el asesinato de los hijos de esta mujer. Ahora somos miembros del mismo grupo de unidad y reconciliación. Compartimos todo; si necesita agua para beber, voy a buscarla. No hay desconfianza entre nosotros,  ni bajo la luz del sol ni durante la noche. Solía tener pesadillas recordando los tristes momentos que pasé, pero ahora duermo en paz. Y cuando estamos juntos, somos como hermano y hermana, no hay desconfianza entre nosotros." 
EPIPHANIE MUKAMUSONI, SUPERVIVIENTE (dch): "Él mató a mi hijo, luego vino a pedirme perdón. Inmediatamente lo perdoné porque no lo hizo solo- el fue abducido por el demonio. Me gustó que confesara el crimen en vez de esconderlo, porque duele que alguien esconda el crimen que ha cometido contra ti. Antes, cuando aún no le había concedido mi perdón, él no podía acercarse a mi. Lo trataba como mi enemigo. Pero ahora,  más bien lo trato como si fuera mi propio hijo."


SINZIKIRAMUKA, AUTOR (izq): "Le pedí perdón porque mataron a su hermano en mi presencia. Me preguntó por qué le pedía perdón, y le dije que se lo pedí como alguien que había sido testigo de un crimen pero que no pudo hacer nada por salvarlo. Fue una orden de las autoridades. Le dije dónde estaban los asesinos , y éstos también le pidieron perdón." 
KARORERO, SUPERVIVIENTE (dch): "A veces la justicia no nos da una respuesta satisfactoria, los casos están sujetos a corrupción. Pero cuando hay buena voluntad, el perdón debe concederse. Cuando alguien está lleno de rabia, puede perder la cabeza. Pero cuando me pidieron perdón, sentí que por fin mi mente descansaba."


JUVENAL NZABAMWITA, AUTOR (izq): "Destrocé y saqueé su casa. Pasé nueve años y medio en prisión. He sido educado para diferenciar el bien del mal antes de salir de la cárcel. Cuando llegué a casa, pensé que sería buena idea acercarme a la persona a la que hice cosas malas y pedirle perdón. Le dije que estaría a su lado, a su disposición. Mi propio padre estuvo envuelto en el asesinato de sus hijos. Cuando me enteré de que mi padre había actuado con tanta maldad, le pedí profundamente perdón, también por él." 
CANSILDE KAMPUNDU, SUPERVIVIENTE (dch): "Mi marido estaba escondido, algunos hombres lo encontraron y lo asesinaron un Martes. Al Martes siguiente, ellos volvieron y mataron a mis dos hijos. Esperaba que mis hijas se salvaran, pero las raptaron y se las llevaron al pueblo de mi marido, las mataron y las tiraron en la letrina. No fui capaz de sacarlas de ese agujero. Me arrodillé y recé por ellas junto a mi hermano menor y cubrí la letrina con tierra. Lo he perdonado porque me he dado cuenta de que nunca recuperaré a los seres perdidos. No puedo vivir   la vida en solitario, pienso qué ocurrirá si me enfermo, quién va a estar a mi lado o si tengo algún problema y necesito ayuda ¿quién va a salvarme? Prefiero perdonar."


JEAN PIERRE KARENZI, AUTOR (izq):"Mi conciencia no estaba tranquila, cuando la veía, me sentía muy avergonzado. Después de haber sido enseñado sobre unidad y reconciliación, fui a su casa y le pedí perdón. Le di la mano, hasta ahora, nos llevamos bien."
VIVIANE NYIRAMANA, SUPERVIVIENTE (dch): "Él mató a mi padre y a mis tres hermanos. Los mató junto a otra gente, pero vino él solo a pedirme perdón. Él y un grupo de agresores que habían estado en prisión me ayudaron a construir una casa con techo cubierto. Tenía miedo de él, ahora le he perdonado, las cosas han vuelto ala normalidad y me siento más tranquila en mi mente."

PIETER HUGO EN NYTIMES