26.10.11

Una fotografía en Keur Abdou

©Keur Abdou 2011


El cielo azul guardó mis pensamientos durante aquellos días... días de bienvenida.

El campo lo había visto nacer, bajo un árbol enorme en el centro de la aldea, era verano. Nació hecho una bolita de piel negra fuerte y tersa. Puedo imaginar la mirada de su madre y la del resto de mujeres cuando lo vieron nacer, evidentemente, todas lo acompañaron a su llegada. 

Yo me sentí nacida cuando llegué al pueblo. Bajo el gran árbol del centro del patio se detuvo el taxi que me llevó hasta allí, después todo fueron abrazos, besos y palmas. Había llegado la tubaab.

El campo recoge el esfuerzo de los que lo cultivan y regala su fruto para ser comido. Hay momentos en los que no somos capaces de entender; allí comprendí que en esos casos, debes pararte y observar.