Otro viaje. Otra experiencia.
Nuevas sensaciones que se meten en mi maleta.
Estoy experimentando en mí una sensación que hasta hora se me resistía.
El silencio.
Suelo hablar bastante, a veces, mis entradas aquí me delatan, palabras y palabras una tras otra se amontonan para dar sentido a mis ideas. Todas quieren salir. Y salen.
Pero últimamente (en realidad debe haber empezado tiempo atrás) pero últimamente, me doy cuenta de que cuanto más conozco, con cuanta más gente hablo, cuanto más viajo...
cuanto más veo, más oigo y más callo, más aprendo.
(re)Descubro en mí una persona reflexiva; (le)doy vueltas y vueltas a las cosas, a algunas especialmente. En los últimos meses y gracias a los viajes africanos que estoy realizando me vienen numerosas preguntas a la cabeza. Me siento impotente a veces de no poder mirar atrás y comprender, me gustaría asomarme por una ventana y ver cómo fueron los días en los que los africanos vivían sus vidas sin saber de la existencia de los blancos. Ver cómo los "educados" llegaron al continente africano con la verdad y la pureza bajo el brazo y desearía ver sus caras, la de los blancos y la de los negros, sí, cuando se enfrentaron cara a cara con lo desconocido, con aquello que veían por primera vez.
Vuelvo de mi viaje a Malabo en Guinea Ecuatorial (que para algún extraño recuerdo, que fue colonia española desde 1885 hasta 1968) y podría decir que mi mayor premio ha sido "descubrir" la existencia de material gráfico, más de 30 películas y 5500 fotografías, realizadas en el periodo colonial por el equipo Hermic Film formado por el cineasta Manolo Hernández Sanjuán, su operador de cámara Segismundo Pérez, el montador Luis Torreblanca y el guionista Santos Núñez.
Más allá del planteamiento ideológico y de las muchas posibles lecturas, ha de valorarse el material como pieza única, como documento exclusivo de un momento histórico. Valoro de manera especial el espíritu aventurero de este grupo de hombres que decidieron realizar este trabajo para el estudio y disfrute de los que no estuvieron allí.
Nuevas sensaciones que se meten en mi maleta.
Estoy experimentando en mí una sensación que hasta hora se me resistía.
El silencio.
Suelo hablar bastante, a veces, mis entradas aquí me delatan, palabras y palabras una tras otra se amontonan para dar sentido a mis ideas. Todas quieren salir. Y salen.
Pero últimamente (en realidad debe haber empezado tiempo atrás) pero últimamente, me doy cuenta de que cuanto más conozco, con cuanta más gente hablo, cuanto más viajo...
cuanto más veo, más oigo y más callo, más aprendo.
(re)Descubro en mí una persona reflexiva; (le)doy vueltas y vueltas a las cosas, a algunas especialmente. En los últimos meses y gracias a los viajes africanos que estoy realizando me vienen numerosas preguntas a la cabeza. Me siento impotente a veces de no poder mirar atrás y comprender, me gustaría asomarme por una ventana y ver cómo fueron los días en los que los africanos vivían sus vidas sin saber de la existencia de los blancos. Ver cómo los "educados" llegaron al continente africano con la verdad y la pureza bajo el brazo y desearía ver sus caras, la de los blancos y la de los negros, sí, cuando se enfrentaron cara a cara con lo desconocido, con aquello que veían por primera vez.
Vuelvo de mi viaje a Malabo en Guinea Ecuatorial (que para algún extraño recuerdo, que fue colonia española desde 1885 hasta 1968) y podría decir que mi mayor premio ha sido "descubrir" la existencia de material gráfico, más de 30 películas y 5500 fotografías, realizadas en el periodo colonial por el equipo Hermic Film formado por el cineasta Manolo Hernández Sanjuán, su operador de cámara Segismundo Pérez, el montador Luis Torreblanca y el guionista Santos Núñez.
Más allá del planteamiento ideológico y de las muchas posibles lecturas, ha de valorarse el material como pieza única, como documento exclusivo de un momento histórico. Valoro de manera especial el espíritu aventurero de este grupo de hombres que decidieron realizar este trabajo para el estudio y disfrute de los que no estuvieron allí.
